FELICISCENCIA PROGRAMADA (O POR QUÉ ERES INFELIZ PERIÓDICAMENTE)
¿Te ha pasado alguna vez aquello de tener un sueño en la vida, llevar mucho tiempo luchando por él y, cuando de repente se cumple, te deja de hacer ilusión? Una nueva pareja, un nuevo trabajo, el último modelo de smartphone o incluso ser un youtuber que gana miles de euros al mes… Al cabo de un tiempo, no importa lo mucho que lo hayas deseado, te acabas acostumbrando. Pasado un poco de tiempo más, tu felicidad irá haciendo hueco al desencanto. Y al final, lo quieras o no, tu mente acabará convenciéndote de que para ser feliz necesitas un poco más. Y cuando alcances ese poco más, aún te quedará otro poquito más para alcanzar la plenitud absoluta. Y en esa cinta de correr de la felicidad que nunca se detiene te acabas convirtiendo en un yonki del “subidón emocional”. No importa lo mucho que consigas o lo lejos que llegues. Nunca es suficiente.